martes, febrero 2

La real academia define la palabra imposible como algo qe no tiene ni facultad ni medios para llegar a ser o suceder, i define improbable como algo inverosímil, qe no se funda en una razón prudente.
Puesto a escoger, a mí me gusta más la improbabilidad qe la imposibilidad, como a todo el mundo, supongo. La improbabilidad duele menos i deja un resqicio a la esperanza, a la ética: qe David ganara a Goliat era improbable pero sucedió; un afroamericano habitando la casa blanca era improbable, pero sucedió; qe los baron rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió; Nadal desbancando del número uno a Federer, una periodista convertida en princesa, el doce uno contra Malta...
El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente; por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables.

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